21/4/10


Nueva carta de la
inteligencia
militar





Tegucigalpa, 21 abr. El asesinato del séptimo periodista hondureño Georgino Orellana, quien trabajaba de forma independiente en una televisora de la ciudad de San Pedro Sula en el norte de Honduras, es la primera carta lanzada por la inteligencia militar de Honduras ante una nueva forma de represión contra los que resisten vivir en la dictadura político-militar, religiosa-empresarial que sucumbe a Honduras. Este asesinato perpetuado bajo el gobierno de facto de Porfirio Lobo es un preambulo de lo que se viene.




Las asesorías de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) se están poniendo en práctica por los esbirros de la Secretaria de Seguridad, las Fuerzas Armadas de Honduras y la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC).




El sobrino del asesino ochentero Gustavo Álvarez Martínez reafirma los genes que lleva en la sangre y con la simplicidad que caracteriza a Oscar Álvarez, manifestó que detrás de unos arbustos se encontraba el asesino del periodista Orellana, cuando salía de su trabajo.




Su formación política y militar que recibió en los Estados Unidos es la agenda que utiliza para regir como secretario de seguridad, cuyo puesto clave es desestabilizar a los que militan que en el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP).



Mediáticos del odio


En el mes de octubre de 2009, Rafael Ferrari despidió al ahora periodista asesinado.



Georgino Orellana se desempeñó como reportero nocturno de una de las principales televisoras de Honduras, cuyo dueño es Rafael Ferrari, uno de los vitales incitadores del odio y financiador del golpe de Estado del pasado 28 de junio.




Debido a la postura periodística de Georgino en contra del cuartelazo militar y las valiosas coberturas que realizó cuando por las noches reprimían a los miembros de la Resistencia, Ferrari y su sirviente seudo periodista decidieron despedirlo de la empresa, cuyo pensamiento fascista hace homenaje al asesino más grande de la historia, Adolfo Hitler.




Nuevamente con la astucia mediática de Ferrari comenzaron a “denunciar” el hecho, pero el pueblo condena las desinformaciones que publica este medio televisivo.




El primer asesinato de un periodista en el mes de abril se hace sorpresivamente después de que el gobernante de facto Porfirio Lobo Sosa firmo un acuerdo con el Movimiento Campesino del Aguan (MUCA), referente al conflicto agrario que se vive en la zona como producto de la avaricia salvaje que practica Miguel Facussé, junto a otros dos terratenientes que sirven de muletas para el octogenario.


Inconformidad Facussé


El octogenario Miguel Facussé Barjum está irritado con el acuerdo del Aguan



Este vil asesinato es un aviso de los agentes represores del Estado, puesto que existe una fuerte inconformidad de parte de Miguel Facussé con el acuerdo al que se llego con los campesinos.




Los demás fascistas oligarcas que apoyan a su “tío Mike” como su yerno y heredero Fredy Nasser, el banquero de Camilo Atala, Jaime Rosenthal y Gilberto Goldstein se encuentran en la encrucijada de seguir perdiendo poder económico y político o seguir estimulando estos hechos violentos que desnudan su insaciable sed de poder.




Mantener la zozobra y desarrollar la guerra de baja intensidad que se vive en Honduras son parte del estratagema terrorista que estos hijos del desierto pretenden seguir instalando para detener el movimiento social, cuya fuerza es indetenible.




Georgino Orellana denunció en sus trabajos periodísticos los vejámenes que las diez familias más ricas y fascistas de Honduras desarrollan para que Honduras siga viviendo en la pobreza, mientras los emporios económicos de los golpistas crecen en la anarquía financiera y económica en que se ha sostenido Honduras durante años.



Ascenso popular

El levantamiento del pueblo latinoamericano y la pauta que marca Honduras atemoriza a la burguesía



Otra de las molestias que irritan a los oligarcas es la valentía del pueblo de Honduras en aglutinarse para recaudar las firmas que darán vida a la Asamblea Nacional Constituyente para la refundación de una nueva Honduras alejada del trastorno sociópata de estos mal llamados hondureños procedentes del oriente medio.




La alerta es para todo el pueblo de la patria grande de Latinoamérica que ya está en su segundo proceso de independencia del imperio yanqui para que se condenen ante el mundo amante de la vida, de la paz y de la madre tierra, estos hechos que ponen en luto a la prensa internacional.




Con el periodista y poeta Georgino Orellana suman siete los periodistas asesinados en Honduras en menos de dos meses, acrecentando la impunidad y el terrorismo en que se vive en estos 112,492 kilómetros cuadrados de nuestra América.




La lucha civil prolongada que encaminan los indígenas, negros, mestizos y todos los habitantes de Honduras, Centroamérica exigen que se investigue a través de los órganos de justicia internacionales estos asesinatos, puesto que los operadores de justicia nacionales de la Corte Suprema de Justicia y los demás entes responsables de velar por esclarecer estos crímenes, son parte de esta estructura de inteligencia mediática que la CIA, la USAID y otros órganos del imperio, dominan para acelerar el derramamiento de sangre en nuestra Latinoamérica.




La guerra invisible que emprende la hegemonía yanqui contra la emancipación de los pueblos se está aclarando y Honduras resiste pacíficamente, pero su progeso estratégico de lucha está evolucionando.



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