6/4/11


“THUG”
La culpa de los vándalos
Juan Almendares

Las palabras tienen significado, sentido y utilitariedad según el
contexto, el momento histórico, la concepción ideológica, la posición
política y la clase social.

Después del golpe militar del 28 de junio de 2009 las palabras
vándalos, vagos, revoltosos, -y otras que en calidad de improperios
fueron vertidas por gente con poder- se volvieron parte del argot de
la oligarquía, la jerarquía militar, religiosa, las “camisas blancas”
y los sectores de la ultraderecha latinoamericana, norteamericana y
europea representadas ad hoc en Honduras.

El objetivo ha sido el de descalificar a los sectores opositores: el
Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) y, particularmente, a
las organizaciones magisteriales que constituyen una de las fuerzas
opositoras más significativas de la nación.

Sin embargo, en el lenguaje jurídico, para justificar la detención,
encarcelamiento, tortura y asesinatos se emplean los términos:
sediciosos, terroristas y “destructores de la propiedad privada”.

Es por eso que, en el infierno de injusticia que vive Honduras,
para enmascarar la situación, y presentar una imagen simbólica de
democracia ha sido necesario “echarle la culpa a los vándalos”. Vale
decir: presentar a los militares y civiles golpistas como “héroes
nacionales” y buscar como chivos expiatorios responsables de los males
de la educación al magisterio nacional.

No en vano se anuncia que las Fuerzas Armadas de Honduras serán
responsables de la Educación de 75 mil niños y niñas en riesgo social
por un periodo de tres años. Ahora los militares (para justificar los
gastos en armas) no solamente son buenos médicos y enfermeras en sus
brigadas cívicos militares sino que también vendrán a sustituir la
función de los maestros en la educación.

Estas fuerzas golpean, disparan gases contra los cuerpos humanos,
torturan y cometen crímenes con toda impunidad en las zonas
garífunas, indígenas y campesinas, contra los educadores y asaltan las
universidades; persiguen y aterrorizan a los estudiantes y al mismo
tiempo en forma irónica tienen la misión de “tratar y educar a las
“víctimas” de un sistema capitalista injusto y opresor.

Este lenguaje de “vándalos o revoltosos”; es parte de una guerra
mediática nacional e internacional contra cualquier estamento de la
sociedad que desee manifestar su derecho constitucional de protestar
ante las injusticias.

La maquinaria de manipulación y propaganda tiene un gasto
multimillonario que en vez de enriquecer los bolsillos de los ricos
debería estar destinado a la educación y alimentación de los niños y
niñas paupérrimos de Honduras.

En las declaraciones de Jeremy D. Spector, Agregado de Asuntos
Laborales y Derechos Humanos en la Embajada de EEUU en Tegucigalpa del
29 de marzo de 2011 2:03 PM; se emplea la palabra “THUG” cuya
traducción al español significa: “criminal, sanguinario, gamberro,
bruto”, término que estigmatiza y etiqueta la protesta del movimiento
magisterial.
El Sr. Spector reduce el problema de la violencia y la educación a la
organización magisterial y considera que el ejército y la policía
hondureños no son violentos. Según sus propias palabras: ”Otros
reportes de los daños provocados por los manifestantes son una causa
de gran preocupación para la Embajada”.
Ignoramos quién es el asesor-traductor del señor Spector; pero sí
sabemos que el tratar de minimizar la inteligencia de los hondureños
al utilizar términos altamente despectivo e insultantes como el
susodicho “THUG” con la creencia de que no sabremos qué significa no
hace más que reflejar una prepotencia imperial que creíamos estaba
siendo alejada por el actual estilo gobernante en EEUU.

Dicho esto, Ahora parece que la mayoría de las lesiones reportadas han
afectado a los funcionarios de seguridad. “Cuatro soldados se
encuentran actualmente en el hospital con quemadas de segundo y tercer
grado después de haber sido golpeados por ‘bombas molotov’ lanzadas
por los manifestantes el 24 de marzo. Ha habido más lesiones de rocas
y palos contra policías”.

Ante todo manifestamos que no deseamos ni trauma, terror o tortura
para ningún ser humano del planeta tierra, sea civil, militar o
policial; sin embargo tenemos que recordar al Sr. Spector que los
autores intelectuales y materiales del proceso del golpe militar y de
la violación sistemática de los derechos humanos fueron entrenados en
la Escuela de las Américas y que muchos de ellos han participado en
las maniobras bélicas que organiza el Pentágono en nuestro territorio,
ocupado militarmente por el ejército norteamericano.

La dirigencia magisterial y el Frente Nacional de Resistencia Popular
han mantenido la línea de no violencia y si han ocurrido eventos de
agresión no son parte de su estrategia. Por el contrario en las
manifestaciones han capturado a infiltrados que provienen de los
cuerpos policiales y militares. En este proceso de dolor y sufrimiento
del magisterio son centenares de profesores(as) los golpeados,
perseguidos, expuestos a gases tóxicos y casi dos decenas asesinados.

Nunca se podrá comparar con las protestas magisteriales la brutalidad
policial y militar, la presencia de sicarios, más de sesenta mil
sujetos armados de la seguridad privada y la operación de las fuerzas
militares colombianas. Estas fuerzas altamente pertrechadas con
armas de alto calibre se exhiben diariamente para aterrorizar al
pueblo y actúan cobardemente contra las fuerzas opositoras.

La aseveración del Sr. Spector: “La muerte de la maestra huelguista y
manifestante Ivania Velásquez, quien fue atropellada por un vehículo
de prensa, fue una tragedia” merece una reflexión crítica: Las bombas
lacrimógenas disparadas contra el cuerpo de una persona no son armas
disuasivas sino toxico-letales. No sólo hacen llorar sino que producen
quemaduras, desorientan, causan descoordinación de los movimientos,
irritan las vías respiratorias, producen espasmo bronquial, dificultad
respiratoria, asfixia y muerte.

La profesora Velásquez se cayó por el impacto de la bomba, perdió la
coordinación y la conciencia. ¡Posteriormente fue traumatizada por el
automóvil!

Los discípulos de la Escuela de las Américas ordenan a los soldados
de bajo rango que disparen las bombas lacrimógenas contra cabeza,
tórax y abdomen, y en lugares cerrados donde se acumulan los gases
tal como ha ocurrido en las Universidades y en los edificios colegios
magisteriales.

Finalmente señalamos que el Sr. Spector no menciona en su
declaración a la prensa : los derechos laborales de los maestros y
maestras ni las violaciones sistemáticas a sus derechos humanos.

La protesta magisterial es histórica y la clase dirigente y dominante
la ha satanizado. No obstante se ha demostrado que tiene respaldo de
padres y madres de familia, así como del pueblo hondureño.

La protesta es en defensa de sus derechos laborales, del Estatuto
Docente, de la Educación Pública y de los fondos de su jubilación y
derechos sociales.

Los gobiernos han tratado de privatizar la educación en menoscabo de
la educación pública. Cuando dicen que no van a privatizar ni afectar
el Estatuto docente se expresa una gran mentira porque los Programas
del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional dicen lo
contrario.

La educación y la salud no deben ser una mercancía y por lo tanto no
deben ser privatizadas. Nuestro pueblo no es vándalo ni “THUG”. Los
verdaderos vándalos son los que producen golpes de Estado y promueven
y alimentan el negocio de las armas. Los verdaderos “THUGS” son los
que imponen sus intereses a sangre y fuego sobre pueblos y países
indefensos.

¡No a las armas y más educación!
Tegucigalpa abril 2011

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