Honduras: Wendy Avila vive y la lucha sigue, sigue
voselsoberano.com | Viernes 23 de Octubre de 2009 19:09
Por: Ida Garberi*, desde Honduras
“Sólo le pido a Dios
que el dolor no me sea indiferente,
que la reseca muerte no me encuentre
vacío y solo sin haber hecho lo suficiente”.
León Gieco
Por: Ida Garberi*, desde Honduras
“Sólo le pido a Dios
que el dolor no me sea indiferente,
que la reseca muerte no me encuentre
vacío y solo sin haber hecho lo suficiente”.
León Gieco
Existen hechos concretos, no sólo sentimientos o sensaciones, son los actos
cotidianos de la vida, aquí, en Honduras, que me estan haciendo confirmar mi
opinión acerca de la raza humana, a seguir creyendo que realmente podemos
crear un mundo mejor.
Aquí, en América Central, en la tierra de Morazán, estoy conociendo la
solidaridad más inmensa que he encontrado en mis 44 años vividos entre una
península europea erróneamente llamada “el hermoso país” (gracias a
Berlusconi sólo puede ser descrito como “una republicucha de opereta”) y una
isla heroica, Cuba, que es sin duda la responsable intelectual de esta
revolución maravillosa de Centroamerica.
Un pueblo, que un día antes del 28 de junio pensó que podía aplicar su poder
ciudadano, otorgado por su Presidente democráticamente electo, Manuel Zelaya
Rosales, se encontró de repente en frente a los gorilas vestidos de
soldados, dispuestos a pisotear todo los derechos constitucionales, incluso
lo más básicos.
He decidido acercarme a lo que está sucediendo en el tercer país más pobre
de América Latina, y así, gracias a mi compañero de Prensa Latina, Raimundo
López, que me ayudó en los contactos y me hizo comprender muchas cosas, dejo
mi Cuba querida hacia Honduras.
Esperaba poder asistir al Primer Encuentro Internacionalista contra el golpe
de estado y por la asamblea nacional costituyente en Honduras, organizado
por el Frente Nacional contra el golpe de estado (una fuerza de resistencia
que une a todos los ciudadanos hondureños de buena voluntad, pertenecientes
a partidos políticos como el Liberal o Unificación Democrática, así como los
movimientos indígenas como el COPINH y sindicales), pero, por desgracia, el
tirano Micheletti, decide decretar el estado de sitio.
Los organizadores están obligados a suspender temporalmente esta conferencia
por los peligros de represión de los golpistas, que no se preocupan por nada
cuando masacran: en este caso, el color del pasaporte no hace ninguna
diferencia.
Mi reacción no se hace esperar, informo a Juan Barahona, uno de los
principales dirigentes del Frente Nacional, sobre mi deseo de explorar la
situación en el país, sin querer crear un problema para el Frente, con la
esperanza de que mi trabajo periodistico pueda aportar un granito de arena.
Su respuesta llena de calor mi corazon: Juan me dice que en Honduras
hay muchos
problemas económicos, pero !la solidaridad sobra!
Efectivamente, llegada al país centroamericano, fui acogida en una familia
maravillosa, que es parte de la resistencia y que nunca quiso un centavo por
mi estancia.
El primer día de mi presencia en Honduras, tuve la suerte de que era un
domingo, día en que los rebeldes contra el golpe de Estado hacen una
Asamblea General semanal, en el siempre beligerante STIBYS (Sindicato de
Trabajadores de la Industria de Bebidas y Similares) y llegué a conocer,
desde el inicio, los principales protagonistas de esta gran lucha por la
libertad.
Sin querer ofender a toda la gente maravillosa que encontré, la persona que
me dió el impacto emocional mas fuerte fue Edwin Espinal, un joven imponente
y tristemente bello, que quise conocer por su historia comovedora.
Edwin es el marido de Wendy Avila, una de las jóvenes víctimas de este
gobierno asesino. Esta joven pareja, él de 30 años y ella 24, siempre se han
desempeñado en las organizaciones sociales. Wendy, que era una estudiante de
Derecho en la Universidad Tecnológica de Honduras, ayudaba tambien a la
alfabetización de los menos afortunados de su colonia (barrio).
Desde los primeros momentos de este terrible golpe de estado se incorporaron
a la resistencia, entregando todo el entusiasmo que dos jóvenes llenos de
vida pueden donar con sus ideales.
Edwin ha aceptado un papel difícil en la resistencia, porque, siendo
motociclista, con un grupo de unos 50 amigos, precede las pacíficas marchas
interminables del Frente, con el fin de proteger a los manifestantes,
deteniendo el tráfico para dejarlos pasar y obstruyendo la represión
policial.
Es una posición peligrosa, porque los primeros son los más afectados por la
cínica policía y los que respiran más los gases lacrimógenos.
Wendy, lamentablemente, era asmática y su salud se estaba deteriorando a
causa de la inhalación de estos gases tóxicos que los militares lanzan
contra la multitud indefensa sin piedad.
Edwin estaba tratando de persuadir a su esposa a quedarse en la casa, en los
últimos días, pero Wendy no podía aceptar abandonar la lucha: quería estar
presente en el día de la victoria final.
“El hecho es que desde el terrible 28 de junio toda la gente con conciencia
tuvo que bajar a las calles para rebelarse contra la violencia enorme que
nos habían hecho, nos quitaron la primera posibilidad que hemos tenido en la
historia de Honduras, del derecho a una oportunidad de desarrollo
igualitario”, dice Edwin.
“Pero ahora tengo una tarea más: el recuerdo de Wendy, su lucha con el
pueblo y por el pueblo no puede y no debe borrarse de la mente de los
hondureños y de todos los revolucionarios del mundo”.
Antes de empezar la entrevista, no sabía cómo iba a reaccionar Edwin, por
el sufrimiento de una muerte tan reciente que todavía no ha sido capaz de
interiorizar, la ira, la impotencia, las mentiras que tuvo que enfrentar,
que no han permitido todavía metabolizar el gran vacío que ahora está a su
lado.
Estoy profundamente impresionada por la fuerza interior de este joven, quien
me cuenta su historia con calma y con un tono firme y decidido de la voz,
los músculos faciales son casi inmóviles, sólo lágrimas silenciosas que caen
de sus ojos color de la miel, revelan el huracán que está trayendo en su
corazón.
Al verlo, pienso en las familias de las otras 22 personas matadas por el
tirano Goriletti, los heridos, los violados, física y moralmente, en toda
esta violencia gratuita que está afectando al movimiento de resistencia
pacífica: ellos, los rebeldes, serian merecedores del Premio Nobel de la Paz
!!
Edwin accedió a contar su tragedia, para denunciar lo que los golpistas se
niegan a reconocer a los 120 días de resistencia, porque todo el mundo sabe
que Micheletti es un asesino loco, un hombre sin alma que cree que puede
detener el poder del pueblo con armas.
“Ningún gobierno puede durar mucho tempo sólo con la fuerza, la comunidad
internacional es testigo de nuestra lucha pacífica y de que ninguno de
nosotros nunca se rinde ante tal brutalidad, porque sabemos honrar a los
muertos, como mi querida Wendy" -dijo Edwin.
Luego, la ira sale de sus ojos mientras afirma que los gorilettis han
comprado los médicos que atendieron a su esposa antes, y el medico forense
despues, para que digan que Wendy había muerto por el virus de la influenza
A H1N1, un absurdo, ya que ninguno de los más cercanos a ella habían sido
infectados, una forma de actuar que demuestra la cobardía y el miedo de los
autores de este terror, los animales ahora estan asustados porque la
justicia inexorable caerá sobre ellos cuando retorne el orden constitucional
en el país.
“Pueden creer que actuando así todo queda olvidado, pero se equivocan, para
los golpistas, para los que han violentado el orden constitucional del país,
para los que han perturbado el orden democrático en Honduras no habrá perdón
ni olvido”, me dice Edwin categóricamente.
“Gracias a la labor realizada por nuestro presidente constitucional, Manuel
Zelaya Rosales, descubrimos que también nosotros podemos tener la
oportunidad de un desarollo social justo y sostenible. Usted que tiene el
honor de vivir en Cuba sabe muy bien que esta isla del Caribe ha sido, es y
será siempre el faro de América Latina. Gracias a ella, su heroica
resistencia contra el imperialismo, los otros países hermanos han sido
capaces de desarrollar este movimiento maravilloso del siglo XXI. Cuba nos
ha hecho respirar la posibilidad de ser capaz de resistir a un enemigo mucho
más poderoso que nosotros mismos.
Mi pueblo está luchando día a día por un mundo mejor, por esta lucha Wendy
llegó al maximo sacrificio, siguiendo los ideales y los sueños del
Comandante Che Guevara y deseaba visitar Cuba y darle la mano al Comandante
en Jefe Fidel Castro.
Ahora ella ya no puede hacerlo, pero espero que puedan llegarle mis saludos
y todo mi respecto”.
Doy las gracias a Edwin por estas hermosas palabras, ademas estoy
completamente de acuerdo y me conmueven profundamente.
Y ahora, puede ser que me deje llevar por la ira y por la impotencia ante la
situación, pero en este momento preciso me acuerdo de la historia de Italia
y pienso en otro dictador asesino (Mussolini), y me gustaría enviar un
mensaje de advertencia al usurpador Micheletti: tenga cuidado, porque esta
inmensa multitud que hasta ahora sólo ha sido guiada de sentimientos de
amor, pudiera cansarse y decidir que la única posición correcta para el jefe
del golpe de Estado sería con la cabeza para bajo, al revés, colgado en el
Parque Central, frente a la estatua de Morazán……
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