28/1/17

ENSAYO SOBRE REALIDAD NACIONAL








Por: David Esteban Padilla 27/02/2015
Estudiante de Sociología (UNAH)

Nota: El presente texto fue escrito en el año 2015 y hasta la fecha 28 de enero del 2017 sigue ilustrado el mismo paisaje y en algunos aspectos se ha tornado mas hostil.

En la actualidad, Honduras enfrenta fenómenos de carácter patológico que sumerge una gran parte -la mayoría- de la esfera social en una serie de conflictos cuyos frutos catastróficos son reflejados de formas diversas.

La pobreza, corrupción y la inseguridad son en Honduras una de las principales preocupaciones por lo cual las políticas públicas y promesas de campañas electorales van enmarcadas en dichas proposiciones, las cuales, nunca se ven materializadas dejando después de cada periodo de gobierno un país igual o peor de cómo se encontró. 

La desigualdad social es uno de los fenómenos ascendentes ya que este contiene una acumulación de factores que lo han convertido un caudal variado y complejo para que la materialización de dicho fenómeno tenga forma y fondo palpable por la sociedad hondureña. Podríamos hablar de la desigualdad en honduras subrayando el factor OPORTUNIDADES que no es de carácter igualitario, con frecuencia vemos en las zonas rurales niños de camino a la escuela descalzos y con su cuaderno en bolsa plástica en lugar de mochila, mientras en las ciudades podemos observar casos muy parecidos pero distintos a la vez, hago énfasis en el trabajo infantil mencionando los niños que trabajan en las calles para llevar alimentos a sus hogares, mientras otros niños son llevados a las mejores escuelas en carros del año, con chofer y escolta personal. Unos tienen una vida de riquezas y facilidades, otros luchan por la supervivencia en los suburbios, a esto podemos agregar lo que es el embate de las distintas autoridades contra las personas de menos recursos, como ejemplo de ello podemos poner a cuales quiera cantidad de casos de vendedores ambulantes en las distintas ciudades del país, los cuales son perseguidos por policías municipales, echados de las plazas públicas, despojados de sus productos y en algunos casos agredidos y encerrados en calabozos, caso contrario sucede con las grandes empresas que gozando de todos los beneficios tienen deudas millonarias con el estado pero les otorgan todos los beneficios de ley para que siguan operando.

Junto al fenómeno de desigualdad social mediante el factor OPORTUNIDADES vemos como este fenómeno también puede tener una conexión importante con la creciente tasa de desempleo que abarca lo largo y ancho del país, ya que cada vez se requiere de personal mayormente calificado pero el acceso a tal calificación de mano de obra o fuerza de trabajo cada vez tiene un costo más elevado, en algunos casos las personas acceden a una especialización de la mano de obra mediante ayuda de sus padres o familiares en el extranjero, otros por su parte -una cantidad reducida- trabajan y pagan el costo de su formación técnica o académica lo cual les permite posteriormente tener mayores esperanzas de acceder a un empleo con mayor salario, el resto se ve excluido por las limitaciones económicas y el desempleo porque ven su tiempo absorbido durante las largas jornadas de trabajo dejándolos sin tiempo disponible para dedicarlo a sus estudios, otra gran parte se ve alejada de los centros de estudio para su formación ya sea técnica o académica por factores culturales los cuales no tienen ningún contrapeso por parte de las autoridades correspondientes.

El alto costo de la vida en Honduras y el desempleo cada vez mayor obliga a muchas personas a migrar a otros países en busca de mejores oportunidades, la migración contiene elementos fundamentales en la comprensión de la violencia ya que gran parte es importada, como ser, las pandillas que nacen en las calles de los Estados Unidos producto también de la marginación a los jóvenes latinos.

La corrupción en Honduras es uno de los elementos más visibles en las factores del estancamiento en que hoy el país se encuentra. La corrupción de unos fabrica a gran escala la miseria de otros, siendo los fabricantes recompensados por su labor deshumanizante. El silencio y apatía de muchos responden a situaciones meramente dadas como mecanismos que interfieran entre el efecto de la miseria distribuida y el interés colectivo por salir de ella.

El papel que juega el Estado garantiza la vida orgánica y la reproducción de la corrupción desde los más altos mandos de gobierno dando ejemplo de esto a los mandos medios y bajos. A la población lo que llega es lo de siempre, la pobreza y miseria que ya se conoce y no es extraña para nadie, mientras la muchedumbre cree que son causas naturales o que ellos mismos son los culpables de su miseria, sin tener la noción clara que son fenómenos provocados por la corrupción del hombre de gobierno.

Tal corrupción engendra la pobreza, la miseria y con ellas la violencia en un país que con tantos recursos naturales, la población se ve alejada de estos recursos debido a la mala distribución de la propiedad y con ella la mala distribución de los recursos que están siendo concentrados en pocas manos. 

Los roles del estado por mantener intacta la concentración de riqueza en pocas manos determina la perpetuación de la pobreza y la violencia ya que los organismos de seguridad gubernamentales están destinados a proteger los medios de producción de la clase dominante y a reprimir cualquier reclamo de la clase dominada dando paso a un terrorismo de Estado en el cual pensar diferente puede ser la causa de muerte del pensador.

La violencia en Honduras esta ilustrada en las páginas de los periódicos cada día. De la violencia, se ataca el producto final pero no se arranca el mal raíz; las políticas de seguridad vuelven de Honduras un país más inseguro para quienes plantean cambios y con mayor razón si se es joven.

La juventud termina siendo mayormente atacada.


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