3/7/11

Carta al Compañero Chávez

Por Raul Fitipaldi.


Mi compañero, sabes, estuve un poco enojado
contigo en los últimos tiempos: algunas deportaciones que no entendí, algunos amigos tuyos colombianos que no me agradan. En fin, todos tenemos el derecho sagrado al disenso. Hablarnos cara a cara forma parte del mundo libre que queremos tú y yo.

Estos días andas complicado de salud, cuidaste tu espíritu revolucionario y no tu cuerpo. Por eso los criminales se refriegan las manos, se lamen las heridas de tanta derrota que les han asestado tú y tu pueblo. Muchos compañeros hacen un historial de tu obra, que no entra en libros enormes; ¿qué dirá de pequeños artículos? Los diarios de derecha aplauden tu malestar, los de la rebeldía estamos medio achicados, con algo de tristeza y miedo. Pero ¿por qué miedo?

Mira tu Nuestra América, la de Bolívar, San Martín, Artigas, Sandino, Juana Azurduy, Alfaro, Manuel Rodríguez, Morazán y el Che. Mira la América de Fidel y Chávez cumpa, ¡mira bien! ¡Está levantada, está enérgica, está lúcida, está en movimiento, está abrazando a todos los pueblos pobres del mundo en estado de liberación! Bajan de nuevo de los cerros caraqueños para rescatar a su comandante los hacedores de la Revolución Bolivariana – que nunca sabré que es exactamente, tal vez porque sea un poco ortodoxo, tal vez. Esa revolución que se sumó a la cubana y hace comer, ver, leer, trabajar y soñar con esperanzas en otro mundo posible, no sólo para Nuestra América sino para todo el mundo. Siempre estuviste y estarás al frente de nuestra marcha, con el obstinado Fidel, con las masas anónimas del Che.

No hace falta que vuelvas a la conducción, porque nunca saliste de la conducción. Y nunca saldrás, porque el mando que entregamos los pueblos para que lo ejercieras tiene 520 años de luchas, conquistas, vidas y esperanzas. Los hijos de Abya Yala, las crías pobres da Europa, los afrolibres del mundo, los heroicos trabajadores por los que luchó Ho Chi Minh, todos estamos siguiendo tu palabra histórica, tu lucha titánica, tu amor inmenso por el Pueblo.

Mi compañero, no quería hoy hablar de política contigo, para eso están mis buenos amigos y colegas venezolanos que nos mantienen informados todo el día sobre la Patria de Bolívar. Quería expresarte que en una perdida isla del Atlántico, al sur de Brasil, Desterro (Florianópolis, su nombre ingrato), donde publicamos páginas y páginas sobre las luchas de las gentes pobres, de todo el mundo, donde estamos virtualmente embarcados en una Flotilla a Gaza, donde abrazamos cada amanecer las resistencias de los pueblos, la de Honduras en especial, acumulamos horas y horas de aprendizaje con tu Aló Presidente, con tu ¡ALCARAJO!, con tu saga humana impar que nos enseña para dónde ir, y cómo ir.

Hoy, los periodistas alternativos, los vehículos de la comunicación libre del pueblo, estamos con los ojos puestos en ti, con las manos extendidas a La Habana, decirte: “¡Pasa, cumpa, aquí, en la casa de los pobres en lucha, no necesitas pedir permiso y di algo, que tu voz es un himno a la libertad!


http://desacato.info


Traducción al español: Tali Feld Gleiser.

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