28/12/10


La guerra mundial y la Isla Zacate Grande

Juan Almendares

Carta del Cardenal Oscar Andrés Rodríguez al Jefe de Estado Mayor Conjunto, General de División Magíster Carlos A Cuellar Castillo
-graduado en la Escuela de las Américas- 21 de diciembre 2010 (seis días después del Trauma, Terror y Tortura en Zacate Grande. (Fragmento).
“Felicitaciones por haber estado celebrando el día del Ejército recientemente, fiesta a la que me hubiera gustado asistir pero estuve fuera del país en esa fecha aunque hasta Alemania donde me encontraba me llegaron fotos y noticias bellas de esa extraordinaria celebración; mis felicitaciones al señor Comandante del Ejército y a su equipo de trabajo: felicito también a quienes han obtenido ascensos y reconocimientos es esa fecha les recuerdo que la mejor presea que un soldado recibe es la de ser hijo de Dios, soldados de Cristo.”
“Me hubiera gustado acompañarlos en esta celebración de fin de año, pero justo a esta mismo hora estaré celebrando la santa misa con todos los sacerdotes de la Arquidiócesis con motivo del Convivio navideño del Clero en la universidad Católica; sin embargo estoy con ustedes de corazón porque sus acciones como profesionales de las armas son dignas de admirar y por sus ejecutorias se han ganado el respeto y el cariño de todos los hondureños. Mi saludo de Navidad para todos y mi abrazo de hermano en Cristo Jesús”


Cumpliendo con el deber de atender las víctimas y sobrevivientes de la tortura nos presentamos en Coyolito, poblado de la Isla Zacate Grande; dos médicos y una psicóloga del CPTRT (Centro de Prevención, Rehabilitación de las víctimas de la tortura y sus Familiares),y gracias a los contactos del COPINH y del acompañamiento de un abogado del CODEH; nuestro trabajo fue realizado con mayor efectividad.
La Isla Zacate Grande data de hace diez mil años (Holoceno); es una zona volcánica sin actividad y parte del archipiélago en el Golfo de Fonseca, océano Pacífico del municipio de Amapala, Valle, al sur de Honduras en América Central. Es, por tanto, un área geopolítica vecina a El Salvador y Nicaragua.
Habitan desde hace casi un siglo familias de pescadores y campesinos quienes históricamente son objeto de desalojos violentos por parte de la oligarquía. Su pobreza contrasta con las lujosas mansiones de los miembros del Club Coyolito, conjunto de posesiones ubicado con acceso a las playas, evidentemente particulares.
Nuestra misión en el sitio de los hechos. El ambiente era extremadamente tenso; desde el inicio observamos algunos militares y agentes vestidos de civil. Indagamos con varios pobladores sobre la dirección de la persona generosa que ofrecía un espacio para atender a los sobrevivientes del trauma, terror, tortura y la respuesta era que nadie conocía a dicha persona. De pronto recibí una llamada por el celular y la voz me dijo: “Están a veinte metros del lugar indicado; todo el mundo me conoce; pero nadie les informará porque la población está aterrorizada.”
Según el relato de los sobrevivientes, los sucesos violentos de Coyolito, Zacate Grande ocurrieron el miércoles 15 de diciembre 2010 a las 9:30 AM. Los pobladores, en un acto de solidaridad, se habían congregado alrededor de una fábrica de bloques, perteneciente al señor José Luis Hernández, quien era desalojado violentamente por la policía de San Lorenzo Valle y la Fuerza Naval de Coyolito. La razón del “Estado de Derecho” se impuso de inmediato; en defensa de la ley suprema que protege a los ricos y vulnera a los pobres. Una persona cuya identidad no conocemos había procedido a hipotecar con un banco privado el terreno, cuyo dueño legítimo es José Luis Hernández. Las fuerzas navales militares y policiales (excelentes guardianes de la oligarquía) se presentaron con urgencia, sin orden judicial y procedieron a golpear brutalmente al señor Hernández y al pueblo solidario.
Tres hechos nos llamaron la atención. Primero la participación de las fuerzas navales en defensa de los bancos financieros terrestres y no de los bancos de peces marítimos. Segundo: La utilización de las piedras como nueva arma militar en la guerra contra el pueblo. Tercero la agresión contra mujeres, niñas y periodistas de la Radio Zacate Grande.
Son cuatro bases navales de Honduras. Tres en el Mar Caribe: Puerto Cortes, Puerto Castilla y la Base Naval de Caratasca, Mosquitia, con un costo de casi tres mil millones de dólares (abril 2010). Supuestamente la base naval militar de la Mosquitia está destinada al control de drogas; fue construida y es dirigida y asesorada por el Comando Sur y el ejército hondureño. En el sentido geopolítico y militar está cercana a Nicaragua. En el Océano Pacífico sólo tenemos la Base militar en Coyolito, Amapala; lugar donde ocurrieron las violaciones a los derechos humanos que estamos narrando.
Metamorfosis de la Fuerza Naval y la guerra de las piedras.
Las víctimas estaban sorprendidas del cambio radical de la conducta de los graduados de Alférez y Licenciados en Ciencias Navales, quienes en días anteriores los saludaban en forma ritual y amanerada. Sin embargo el fatídico 15 de diciembre se habían transformado en monstruos violentos al golpear brutalmente mediante pedradas y tratar en forma cruel, degradante e inhumana a las personas que se habían solidarizado con el pequeño empresario Hernández.
Al principio pensé que se trataba de una regresión histórica de volver a la edad antigua de piedra (Paleolítico) cuando los instrumentos y armas eran construidos y utilizados en base a las piedras. Sin embargo este pensamiento no era lógico; porque en un territorio ocupado militarmente por los Estados Unidos de América, con soldados hondureños entrenados en la Escuela de las Américas y con armas ultramodernas no era explicable utilizar piedras.
En una visión de conjunto, la realidad nos enseña que existen vínculos geoestratégicos entre las fuerzas navales del Pacifico y las del Atlántico dirigidas por el Comando Sur (según el Plan Puebla Panamá, Plan Colombia, Plan Mérida, Plan Colombia – Honduras). El Pentágono ha creado nuevas bases militares navales, terrestres y aéreas en Honduras, Colombia, Costa Rica, Panamá y ha reactivado la Cuarta Flota. El objetivo es desestabilizar a Nicaragua, Cuba, Venezuela, Bolivia y Ecuador y vietnamizar América Latina.
En Honduras durante el régimen de Micheletti se aprobó la ley que permite la instalación de bases nucleares. Sin embargo la idea del por qué la fuerza naval utilizó piedras era como una “turunca” que golpeaba mi cerebro. Entonces recordé la frase célebre de Albert Einstein: “La próxima guerra mundial se llevará a cabo con piedras”. El significado de esta expresión no era retornar al paleolítico sino que en la próxima guerra no habría ni armas nucleares porque el negocio de la carrera armamentista destruirá el mundo. Al final: ¡Sólo existirán las piedras!
Una de las víctimas campesinas nos manifestó: “La última guerra mundial, ha sido iniciada en la isla Zacate Grande por la Fuerza Naval de Honduras”. Parecía un chiste macabro, pero la realidad se encaminó hacia algo mucho más terrible:
Trauma, terror y tortura en los sobrevivientes y la comunidad.
La ley antiterrorista recién aprobada por el Congreso de la República ha producido terror en la isla Zacate Grande, al justificar la tortura. La libertad de expresión de la Radio Zacate Grande ha sido amordazada. Una periodista radial casi pierde la vida al evadir el impacto de una piedra lanzada contra su cabeza. Sin embargo fue gravemente lesionado su cuerpo. Miembros de la policía y la naval le gritaban: “¡Te vamos a matar!”. Una digna madre campesina; fue tirada al suelo, golpeada a patadas y con piedras; le gritaban: “¡vieja puta, perra, la próxima vez que te agarremos será peor!”.
Hice memoria acerca de los derechos de los animales ya que los matan a pedradas. Los representantes del verticalismo autoritario y patriarcal califican a las mujeres de “perras”. Las bombas lacrimógenas no solo eran lanzadas en la calle, sino que los agresores se introducían en las viviendas y las colocaban debajo de las camas. Una niña de cuatro años sufrió quemaduras de segundo y tercer grado. El terror que padeció será para toda su vida.
Varias personas fueron objeto de traumas craneales, oculares, de brazos, muslos y rodillas y amenazas a muerte. El señor Ramírez fue salvajemente torturado.
”Aquel de vosotros que este sin pecado que le arroje la primera piedra”.
En el caso de las violaciones de los derechos humanos no están libres de pecado la fuerza naval, la policía, las fuerzas armadas, la oligarquía ni los dueños del capital multinacional. Tampoco aquellas autoridades civiles, religiosas que aplauden, elogian y defienden en nombre de la democracia y de Dios los crímenes de un sistema de trauma, terror y tortura.
Como decía Ellacuría: “Desde los que por ser pobres son sospechosos, los acosados y maltratados por la policía y el ejército. Desde los humillados por quienes los contratan en el trabajo, por sus líderes políticos, por los funcionarios públicos... desde el reverso de la historia, es pues, desde las mayorías latinoamericanas que viven mal porque viven como sometidos, como vencidos. Desde las víctimas, quedan los demás calificados como verdugos o cómplices, a menos que pongan su vida en superar esta historia.” Ignacio Ellacuría –mártir de El Salvador – 16 de Noviembre de 1989.
Los pecadores no son las víctimas. Los pecadores son los defensores y promotores y consentidores del “mal” estructural y perverso de la globalización neoliberal y militarista mundial que inventa la mentira, deforma la realidad, reproduce la impunidad y la injusticia social y ambiental.
¡Detengamos la maquinaria de la barbarie de la guerra y la injusticia que amenaza la paz mundial!
Tegucigalpa. Diciembre 2010.

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